Sistema Preventivo

Don Bosco y María Mazzarello, con su Sistema Preventivo, realizan una aportación original a la acción educativa entre los jóvenes a través de un método educativo "que se basa plenamente en la razón, en la religión y en el amor.

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Sistema Preventivo

Don Bosco y María Mazzarello, con su Sistema Preventivo, realizan una aportación original a la acción educativa entre los jóvenes a través de un método educativo “que se basa plenamente en la razón, en la religión y en el amor. La actualización del Sistema Preventivo destaca cuatro prospectivas: cultural (razón), evangelizadora (religión), social (amar) y comunicativa (amor) como base del método educativo.

Poner en práctica este Sistema Educativo supone, por tanto:

  • Desarrollar positivamente las fuerzas interiores de la persona.
  • Crear un ambiente positivo que estimule, sostenga y desarrolle el gusto por lo que está bien.
  • Estar presentes en la vida de los niños y jóvenes.
  • Proyectar respuestas nuevas y creativas a los retos que plantean los cambios sociales de los jóvenes y del entorno de las diferentes plataformas educativas.
  • Proyectar nuevos horizontes de acción como respuesta a las exigencias de un centro educativo abierto a los proyectos y necesidades de la zona.

La experiencia educativa del Sistema Preventivo, en cada plataforma educativa, es la clave para conseguir hacer de nuestros destinatarios “honrados ciudadanos y buenos cristianos”.

La acción educativa salesiana se caracteriza por:

El criterio preventivo por el cual hacemos propuestas de experiencias positivas de bien; colaboramos con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en el desarrollo de aquellas actitudes que les permitan superar riesgos y situaciones de peligro; les ayudamos a captar el sentido de su juventud y a vivir en plenitud sus aspiraciones, dinamismos e impulsos.

El ambiente educativo que se caracteriza por el protagonismo de los jóvenes, el espíritu de familia, la racionalidad y flexibilidad, el trabajo diario, el esfuerzo concreto, las invitaciones a la creatividad, el clima de alegría y de fiesta.

La relación educativa personal que reconoce la individualidad y la historia personal de cada joven y que se traduce en familiaridad con los educadores, educadoras y educandos; capacidad de acogida y de diálogo; confianza y simpatía hacia el mundo de los niños/as y jóvenes.

La “presencia-asistencia” animadora de los educadores que animan sus iniciativas, ofrecen elementos de maduración personal, previenen experiencias negativas y conductas inadecuadas, abren constantemente a una visión creyente de la vida.

La oferta respetuosa de una experiencia de fe que se caracteriza por el encuentro con Dios en la vida ordinaria, la celebración de la fe y de los sacramentos, la devoción a María Auxiliadora, el sentido de Iglesia, la proyección solidaria y misionera de la propia fe.

Las propuestas de compromiso cristiano en el cumplimiento del deber, en la solidaridad y en la vida ciudadana.

De este modo, en continuidad con la experiencia pedagógica de Don Bosco y María Mazzarello, las diferentes plataformas educativas salesianas se convierten en “familia” cuando el afecto es correspondido y todos, educadores/as, padres, madres, chicos/as, se sienten responsables del bien común.